En el año 1930, mi bisabuelo Pedro Martín Ciganda, de origen vasco compra un predio de 45 hectáreas sobre la ruta nacional N°9 a los pies de estos hermosos cerros, los Cerros Azules, que llevan su nombre por el color azulado que refleja del mar, en el departamento de Maldonado, Uruguay.

 

En sus comienzos se implantaron árboles frutales, manzanos, ciruelos, perales, nogales entre los más destacados, se instaló una avícola y luego se trasladaron 25 vacas lecheras de la zona de Colonia Suiza o Nueva Helvecia, creando un tambo, todo con el fin de proveer a hoteles y restaurantes  ya que esta ruta era la única que unía la capital de Uruguay ( Montevideo ) con el este del país, fundamentalmente los balnearios de Piriápolis y Punta Del Este, hoy conocido como el Saint Tropez de américa. (Excelente punto turístico).

Fue gracias a los  inmigrantes europeos que trabajaban en la chacra  que le inculcaron a mi abuelo Gastón Ciganda el respeto, pasión y admiración por las abejas (apis meliferas). 

Quien dedicó su vida a observar el ciclo de la naturaleza, preparar el material y al cuidado de la colmena, para cosechar la deliciosa miel dorada.

Esta pasión por la apicultura se transmite desde muy temprana edad dentro de la familia Ciganda. Hoy somos la 3ra generación

Al principio la actividad apícola se concentró en producir miel para turistas que se acercaban al establecimiento y el restante se vendía a hoteles y pequeños comercios de la zona. Hoy comercializamos en grandes cadenas de supermercados y mayoristas distribuidores en todo el país. Se realizaron exportaciones a Brasil y Francia.

Hoy nuestros apiarios se encuentran en distintas zonas del Uruguay, realizando trabajos de polinización en distintos y variados cultivos, actividad fundamental e imprescindible que realizan las abejas,  colaborando con el sector agrícola, favoreciendo y manteniendo la biodiversidad de las distintas especies vegetales.